viernes, 13 de abril de 2018

Historia de Cusco - Calle Suecia

Calle Suecia 

Hoy en dia todos conocemos a esta calle con el nombre de 'CALLE SUECIA'. Sin embargo, los cusqueños debemos saber que el nombre original de esta calle es 'CALLE SUCIA'. Nuestra ciudad del Cusco desde siempre fue sede de diferentes actos y acontecimientos que atraian personas venidas desde las diferentes provincias, es durante la epoca colonial y republicana que la gente que venia al Cusco lo hacian en caballos, mulas e inclusive tambien traian animales de carga como llamas y alpacas, precisamente estos animales eran atados en esta calle mientras sus amos realizaban sus diligencias en la ciudad, como es de suponer, estos animales hacian de esta calle un verdadero muladar lleno de basura siendo su peor epoca durante las celebraciones de Semana Santa y el Corpus Christi. Es por esta razon que esta calle llega a tener el nombre de 'Calle Sucia' y con el pasar del tiempo y queriendo estilizar el nombre de nuestras calles se rebautizó a ésta con el nombre de 'Calle Suecia', nombre que lo tenemos hasta el día de hoy.




lunes, 9 de abril de 2018

Historia de Cusco - Un historia que tubo lugar en Almudena

UN PACTO MUY OSCURO EN EL CEMENTERIO DE LA ALMUDENA.

En el año 1879 estando el Cusco en plena época republicana, habitaba en esta ciudad un joven de 20 años llamado Bonifacio, un muchacho huérfano de padre y madre quien desde muy niño tuvo que trabajar para sobrevivir en esta ciudad. 

Para ese entonces, el cementerio de la Almudena ya existía en esos años y muchos difuntos de las familias más ilustres del Cusco eran enterrados ahí, precisamente Bonifacio se dedicaba a dar mantenimiento a las tumbas y nichos del cementerio por lo cual recibía una propina que le permitía cubrir algunos gastos básicos pero seguía inmerso en la pobreza, él veía que existían personas y familias muy adineradas que a sus muertos llenaban de ofrendas y regalos lo cual le hacía notar que la vida no era justa y es por eso que no creía en Dios. Una tarde después de culminar sus labores de mantenimiento en el cementerio, Bonifacio quedó muy cansado y decidió tomar una siesta sobre una de las tumbas del campo santo, seguramente su jornada de trabajo fue muy agotadora que el muchacho quedó profundamente dormido hasta que unos ruidos extraños lo despertaron y cuando eso sucedió se dio cuenta que ya había oscurecido y él aún estaba dentro del cementerio, lo cual tampoco le causó ningún temor puesto que su incredulidad le hacía pensar que en esta vida no existía nada por lo que se pueda sentir miedo. Bonifacio se levantó y caminaba en la oscuridad queriendo encontrar la salida y sin darse cuenta llego a las espaldas del Templo de la Almudena donde vió a un hombre de ojos muy brillantes y con un extraño atuendo de color rojo rondando entre las tumbas que por ahí se encontraban, el muchacho sin sentir temor alguno se le acercó y le preguntó al extraño hombre “¿Qué estas haciendo?” y el otro respondió “Ando en busca de almas que me puedan servir”, Bonifacio le dijo “las almas NO existen” a lo que el extraño hombre respondió “Las almas SI existen y son muy valiosas para mí, muchas de esas almas están aquí en el cementerio, por eso vengo a buscarlas pero ninguna quiere irse conmigo a pesar que yo estoy dispuesto a ofrecerles todo lo que nunca han tenido”,  Bonifacio preguntó al extraño ser “¿Tú crees que yo tengo un alma?”, el hombre de ojos brillantes le dice “Yo estoy dispuesto a darte todo lo que tu desees si me entregas tu alma”, el muchacho muy incrédulo de lo que sucedía le dijo “Si tú me das una casa, mucha comida y mucho dinero sin necesidad de trabajar yo estoy dispuesto a darte mi alma cuando yo cumpla 30 años”. El extraño ser pensó en lo que un muchacho de 20años pudiera hacer teniendo riquezas, seguramente alcohol, mujeres, despilfarro, perdición y muy contento le respondió al muchacho “Te daré todo lo que me pides y en 10 años TU ALMA SERÁ MIA”, de esta manera Bonifacio había firmado un pacto con el mismo diablo.

Los días pasaron y de acuerdo a lo pactado la suerte de Bonifacio cambió completamente, la suerte le había sonreído, la bonanza finalmente llegó a su vida, comenzó a tener mucho dinero, compró una casa, nunca le faltó la comida, la gente no sabía quién era ese muchacho que siendo solo y tan joven era dueño de tanta riqueza, ni tampoco sabían de dónde provenía la misma. Bonifacio dejó de trabajar porque no le hacía falta, al principio se sentía muy bien, pero con el pasar del tiempo llegó a extrañar las actividades que realizaba, todas las mañanas salía de su casa y se iba a caminar por los alrededores del cementerio, muchas veces pasó por la puerta del Templo de la Almudena pero nunca se atrevió a entrar, pudo ver a muchas personas que acudían a ese Templo, algunos entraban con angustia, con necesidad, otros en busca de algún tipo de ayuda, notaba que en su mayoría se trataba de gente pobre (como él había sido en algún momento). Bonifacio comenzó a preguntar a esas personas por que entraban ahí, ¿Qué cosa necesitaban? Pues acordándose de las necesidades que él tuvo en algún momento comenzó a ayudar a esas personas otorgándoles comida, otorgándoles un lugar donde dormir, otorgándoles dinero que puedan necesitar para aliviarse de algún mal. 

La actitud que Bonifacio había tenido fue muy contraria a lo que el diablo esperaba, el joven decidió utilizar su riqueza en beneficio de los demás. Muchas personas acudían a él para agradecerle por su ayuda y le decían “Nuestra mamita de Almudena nos ha escuchado y seguro ella te ha enviado para ayudarnos, le rezaremos a ella para que te cuide y proteja porque eres alguien muy bueno”. 

En un inicio Bonifacio no tomaba importancia a las palabras de la gente, solo se sentía bien ayudándolos, pero el tiempo fue pasando muy rápido, el plazo estaba por cumplirse y Bonifacio todas las noches tenia sueños perturbadores donde el diablo le decía “falta muy poco para que seas mío” “tu alma estará a mi servicio” “Fuiste un tonto ayudando a esa gente” “Debiste haber gastado ese dinero en diversiones, en lujos, en cosas que valgan la pena” “AHORA te toca pagar” “lo único que deseo es tu alma”, es recién ahí que Bonifacio se fue dando cuenta del gravísimo error que había cometido.  

Finalmente el plazo se había cumplido, 10 años pasaron y Bonifacio tenía que acudir donde tan despreciable y maligno ser, el encuentro seria en el mismo lugar donde se hizo el pacto, en el cementerio exactamente a espaldas del Templo de la Almudena, nunca antes había sentido miedo, era su obligación cumplir con el pacto, mientras acudía a su destino su corazón latía cada vez más fuerte, sus manos temblaban, el remordimiento en su conciencia lo atormentaba, al mismo tiempo sentía que alguien lo seguía, volteó para atrás y le pareció haber visto a una mujer de atuendos muy humildes tras de él, tenía que continuar sin distracciones y de una vez cumplir con su promesa y aceptar el cruel destino que sin darse cuenta había elegido, un destino tormentoso y lleno de sufrimiento.

Al llegar a su encuentro con el demonio, éste se alegró de verlo y cuando estaba a punto de arrebatarle el alma se dio cuenta que alguien estaba detrás de Bonifacio, inmediatamente los ojos del demonio se llenaron de espanto y dijo “Con ella no puedo, quédate con tu alma, aléjate de mí” y desapareció. Bonifacio no podía creer lo que sucedía, al voltear vio nuevamente a la mujer que parecía seguirle, ella se le acercó y dijo “Dios te ha salvado por que mostraste caridad con el prójimo” “entrega tu alma a Dios y solo así podrás encontrar paz en tu corazón” “gracias por ayudar a tus hermanos en momentos de necesidad”.

Bonifacio en ese mismo momento decidió entregar su alma a Dios, su corazón se llenó de paz y al salir del Cementerio entró en el Templo de la Almudena (donde nunca antes había entrado) y pudo ver en el altar mayor la imagen de la mujer que lo había ayudado, era ella sin duda, era la Virgen de la Natividad quien había intercedido por él ante Dios y pudo salvarlo de las manos del diablo. Desde ese entonces no hubo hombre más fiel y devoto de Nuestra Señora de la Almudena.