HISTORIA DEL TAYTACHA DE LOS TEMBLORES.
La ciudad del Cusco guarda grandes riquezas histórico-culturales y uno de los principales tesoros que guardamos los cusqueños es la imagen de nuestro Taytacha de los Temblores a quien como todos los años rendimos homenaje el último domingo del mes de Octubre. Es importante conocer la historia de nuestro Patrón Jurado del Cusco la cual mostramos a continuación:
El año de 1620, período del Rey Felipe II en España, escucha que los antiguos quechuas seguían rindiendo culto al Tayta Inti, y se preguntaba el ¿Por qué sucede eso? Quizás la gente de esas tierras necesita conocer el sacrificio que hizo nuestro señor Jesucristo por salvarnos de la desgracia y el pecado. Inmediatamente el monarca mandó esculpir en Sevilla la imagen de un Santo Cristo de gran talla y belleza la cual concluida debía ser enviada al Virreinato del Perú, asegurada en un arca y afianzada en la cubierta de una nave destinada a cruzar el mar y llegar al puerto del Callao, desde donde sería trasladada a la ciudad del Cuzco.
Pero resulta que en alta mar, la embarcación sufrió amenazantes tormentas y los sacerdotes comisionados, en su desesperación, sacaron del baúl al Santo Cristo, lo aseguraron al trinquete mayor e imploraron piedad y clemencia para que detuviera la cólera del mar y así fue. Se sosegaron las aguas, cedió el viento y en gratitud por su mediación salvadora le llamaron SEÑOR DE LAS TORMENTAS.
Una vez en el puerto del Callao, la imagen fue transportada al Cuzco, dentro de la comitiva encargada de hacer llegar la imagen al Cusco habían muchos quechuas quienes al pasar por la Villa de Mollepata (Anta – Cuzco) aseguraban que la imagen se había tornado muy pesada y quizás era deseo de la imagen quedarse en el lugar. En realidad los quechuas NO estaban dispuestos a recibir en el Cusco al salvador de los españoles, pues por el contrario los quechuas necesitaban una deidad que los proteja a ellos de todo el abuso y crueldad de los españoles. ¿Cómo sería posible eso? Surge la idea de realizar otra imagen del cristo crucificado, pero éste cristo protegería a los quechuas de todas las desgracias que estaban atravesando y en su elaboración utilizaron la técnica del "T'eque" cusqueño en base a maguey (agave americana) y moldeado en pergamino de llama colocando en su interior diferentes representaciones andinas y por el exterior mantenía un color cobrizo y fracciones que les permitía a los quechuas reconocer su sufrimiento en la divina imagen.
La imagen enviada desde España se queda en Mollepata y hasta el día de hoy lo conocemos como Señor Manuel de exaltación de Mollepata.
La grandiosa obra hecha por los indígenas quechuas a base de materiales otorgados por la PachaMama, imagen que recibió la bendición del Dios Wiracocha y del Tayta Inti y cuya misión fuese proteger a los quechuas de todo mal finalmente llegó al Cusco y fue acogido en la Basílica Catedral. A su llegada la imagen fue admirada y querida por todos los pobladores de la ciudad incluyendo a los descendientes de los españoles y a los propios quechuas y lo llamaron Cristo de la Buena Muerte.
A finales del mes de marzo de 1650 un terremoto asoló la ciudad del Cusco y se sacó en procesión a la divina imagen del Cristo crucificado, coincidentemente el movimiento fue detenido. Definitivamente la la imagen había venido a proteger al Cusco de toda desgracia y lo rebautizaron y hasta el día de hoy lo conocemos como el Taytacha de los Temblores.
Los españoles en un inicio habían nombrado al Patrón Santiago “Patrón Jurado del Cusco”, pero los cusqueños le quitaron ese título para otorgárselo al Taytacha de los Temblores en el año 1720.
Desde ese entonces los cusqueños mantenemos orgullosamente la imagen de Nuestro Taytacha de los Temblores como la máxima representación de FE en nuestra ciudad puesto que guarda un valor celestial pero al mismo tiempo mantiene un gran significado andino y por ello lo resguardamos majestuosamente con Ñucchu y le cantamos en quechua.
No hay comentarios:
Publicar un comentario