martes, 13 de junio de 2017

ORIGEN DE LA CALLE CENIZA.
Se dice que esta calle adquirio su nombre en el año 1719, año en la que una terrible peste causó más de 90 muertes diarias en nuestra ciudad del Cusco sin que nadie pudiera precisar el nombre de la enfermedad (hoy sabemos que fue cólera y fiebre amarilla “con dolor al vientre y cabeza, delirio y vómito de sangre, muriendo de disentería”).
En ese año habitaba en esta calle Doña Teófila Barrio de Mendoza, conocida como una mujer medio “beata” quien aconsejó a sus vecinos que pidieran a los sacristanes de los diferentes templos y conventos de la ciudad un poco de ceniza (la misma ceniza que se utilizaba para la imposicion de la cruz cada 'miercoles de ceniza'), basicamente esta ceniza se formaba de los restos de la quemada de hostias pasadas, palmas del Domingo de Ramos y aceite consagrado en Jueves Santo del año anterior.
Esa ceniza debiera utilizarse para dibujar dos cruces en cada puerta para poder liberarse del contagio de la peste. Su consejo fue practicado sin reparos por todo el vecindario que, “gracias a su fe”, quedó libre de la peste y el contagio. Además, cuenta la tradición, que en esta calle diariamente echaban montones de ceniza sobre los charquillos de sangre que por boca y nariz arrojaban los transeúntes apestados que llegaban a esta calle buscando algun tipo de remedio, algunos de los cuales caían de bruces pidiendo socorro. Desde ese entonces se bautiza a esta calle como 'Calle de la Ceniza'.


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