HISTORIA EN EL PORTAL MANTAS - Fotografía de archivo de nuestra municipalidad del Cusco y Archivo fotográfico Chambi.
Esta es una historia que de seguro muchos cusqueños han escuchado; en esta página tenemos como finalidad difundir datos curiosos que los cusqueños deben saber y se puedan transmitir de generación en generación contribuyendo de esta manera a mantener vigentes las 'tradiciones cusqueñas', pero al mismo tiempo mantenemos firme el respeto por las creencias religiosas de todos nuestros seguidores. Pedimos las disculpas del caso si es que en algún momento llegamos a atentar vuestra susceptibilidad.
En el año 1744 vivía en Cusco Don Diego de Sillerigo junto a su esposa Doña Cayetana Mendoza, una distinguida pareja cusqueña quienes vivian en la antigua calle “Siete Cajones”, ellos se dedicaban a la venta de las tradicionales ‘mantas de castilla’ que toda dama cusqueña utilizaba como parte de su atuendo, es precisamente por la popularidad de las mantas de castilla que esta calle cambia de nombre y hasta el dia de hoy la conocemos como “calle Mantas”. Don Diego y Doña Cayetana iban a misa todos los domingos y eran reconocidos por su extraordinario trabajo y también por su extrema generosidad. Era el mes de Junio y en Cusco se celebraba por todo lo alto la festividad de San Juan Bautista en el Templo del Triunfo, festividad a la cual como todos los años la pareja Sillerigo era invitada, es precisamente en esta fecha que cuando la pareja salía de su casa en la calle Mantas rumbo al cargo de San Juan, encuentran en la puerta a un muchacho con vestiduras muy humildes y por su apariencia no había ingerido alimento en varios días, el muchacho les pidió caridad y algo de comer, la pareja no dudo en abrirle las puertas de su casa y otorgarle abrigo, el muchacho había venido desde muy lejos buscando mejores oportunidades que de ninguna manera iba conseguir en su humilde pueblo y acudió a la generosidad de los Sillerigo puesto que le habían cerrado muchas puertas. Doña Cayetana se apiado del muchacho que respondia al nombre de Hilario y convenció a Don Diego para darle trabajo en su tienda y asi lo hicieron. Hilario era un muchacho muy hábil y no fue difícil para él aprender el movimiento de la tienda y llevar las cuentas a la perfección, había sido buena idea acoger a Hilario puesto que se había convertido en su brazo derecho y de gran ayuda para ellos, le tomaron tanto cariño que un dia Doña Cayetana le dijo a Don Diego que seria una buena idea adoptar a Hilario como hijo puesto que ellos no habían sido bendecidos con descendencia, Don Diego también le había tomado mucho cariño a Hilario y le pareció una excelente idea. Cuando la pareja le dijo a Hilario la decisión que habían tomado, el muchacho se sintió contrariado y dijo no poder aceptar tan noble proposición puesto que aceptarla seria ir en contra de sus planes. La verdadera razón por la cual Hilario había venido al Cusco era por que su sueño mas grande era ingresar al Seminario y algún dia convertise en sacerdote, pero para ello no bastaba la intención, sino era necesario contar con una fuerte cantidad de dinero en beneficio de la iglesia para poder aceptar a un nuevo aspirante al sacerdocio, dinero que Hilario no tenia y vio oportuno solicitar este apoyo a la pareja Sillerigo. A pesar del éxito que tenia la pareja en los negocios, no contaban con el dinero suficiente para poder ayudar al muchacho, pero por gratitud a su apoyo decidieron conseguir ese dinero recurriendo a algunos prestamos, el dia que le dieron la noticia a Hilario fue el mas feliz para el muchacho y al mismo tiempo fue el mas triste para la pareja puesto que era probable que nunca mas lo volverían a ver.
Hilario se fue y la pareja se quedó sola una vez mas en el negocio, pero las cosas nunca mas fueron las mismas, el Cusco estaba cambiando y nuevas tendencias llamaban la atención de las damas, las mantas de castilla ya no tenían la misma acogida y la pareja Sillerigo se encontraba muy endeudada, como si fuera poco, una gran crisis económica llegó al Perú y el Cusco se encontraba en recesión, la situación de la pareja Sillerigo fue lamentable, a consecuencia de sus deudas tuvieron que vender sus bienes y dejar el negocio, los años pasaron y la pareja pisó fondo, ya muchos habían olvidado la posición que en algún momento tuvieron Don Diego y Doña Cayetana puesto que después de la crisis ellos prácticamente se habían convertido en mendigos y vivian de la caridad de la gente.
Pasaron mas años y nuevamente el Cusco renacía, la crisis había terminado en el Perú pero NO para la pareja Sillerigo que ya habían llegado a la ancianidad y se habían acostumbrado a vivir prácticamente como mendigos. ES en esos días que se anuncia la llegada de un nuevo Obispo a la ciudad del Cusco, y todo el pueblo y sus autoridades estaban ansiosos por recibirlo. El Obispo llegó y fue paseado por toda la ciudad como si fuera una procesión, y mientras pasaba por la Av. El Sol Don Diego y Doña Cayetana lograron ver al nuevo Obispo y no pudieron creer que se trataba del muchacho que habían acogido en su hogar en algún momento, si era él, era Hilario, no solo había conseguido ser sacerdote, sino ahora se había convertido en Obispo, esto llenó de gran alegría a la pareja Sillerigo.
De todos modos ellos tenían que saludar al nuevo Obispo, a pesar de la multitud, lograron llegar muy cerca de él y le dijeron “Hilario, nos da mucho gusto poder verte después de tanto tiempo. ¿Te acuerdas de nosotros?”. El obispo los vio fríamente y aseguró no haberlos visto jamas y pidió a sus allegados alejar a la pareja de ancianos que de seguro están caducando y están viendo cosas que no son. Esta actitud llenó de mucha tristeza a Don Diego y Doña Cayetana quienes después de este acontecimiento seguramente murieron NO de hambre sino mas bien de pena. El obispo siguió paseando por la ciudad siendo aclamado por la gente y mientras pasaba por la esquina de la calle Concevidayoc con Teqte se escucharon gritos de la multitud puesto que un toro que estaba siendo llevado al camal se había escapado y corria sin control por esta calle y en circunstancias nada esperadas envistió al nuevo obispo quien instantáneamente murió causando gran susto a sus seguidores y fue considerado como un acto del demonio. Es por esta misma razón que después de sepultar al Obispo se vio por conveniente colocar una cruz de color verde en esta esquina, cruz que la tenemos hasta el dia de hoy y es precisamente a consecuencia de esto que nace el nombre de la calle “Cruz verde”.
Fantástica historia, felicitaciones por favor podría citar las fuentes de esta hermosa historia?
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